Buscar una plenitud mayor no es, por lo general, un paseo placentero por un prado tranquilo lleno de flores. Más bien, puede ser una decisión intencional de entrar en un laberinto oscuro de un bosque sin saber cuándo es un conejo el que hace ruido en el arbusto o un tigre feroz. Hay lesiones y es necesario aprender a curar heridas o a hacer fuego. Hay momentos de alivio y emoción al haber subido a la copa de los árboles, ver el sol y reorientarse hacia el panorama general o la hermosa vista. Hay reveses, catapultas de progreso, la lenta rutina diaria y rosas para oler en el camino. Me hace pensar en "El señor de los anillos..." los momentos oscuros y pesados ​​en los que todo parece perdido, los momentos de descanso y risas, los momentos de intensa determinación o profunda comprensión. Elegir buscar la plenitud puede ser abrumador a veces, pero la búsqueda definitivamente vale la pena, porque Dios nos creó para ser mucho más de lo que jamás podremos imaginar.